viernes, 24 de octubre de 2014

CIERRE DE EMPRESAS


Cierre de empresas. ¿Cuándo acabará la sangría?

La crisis que ya llevamos arrastrando... ¿cuánto tiempo?, ¿ocho años? ha ocasionado el cierre de empresas de todo tipo; unas parecen arrastrar a otras en una espiral absorbente sin fin.

El cierre de empresas acaba con grandes mitos de nuestra niñez
¿Cuándo acabará esto y todo volverá a la normalidad?, aunque también tendríamos que preguntarnos qué es o debiera ser la normalidad. Está claro que tampoco es lo que estábamos viviendo unos años antes de la crisis, cuando el dinero parecía fluir por todas partes y generaba alegría en toda clase de negocios, desde los más grandes a los más chicos. Pero si eso no era normalidad, tampoco lo es lo que estamos viviendo ahora.
Ya lo dijo Aristóteles: «La virtud está en el término medio», o algo así: «La virtud es una disposición voluntaria adquirida, que consiste en un término medio entre dos extremos malos, el uno por exceso y el otro por defecto». ¿Cuándo recuperaremos ese punto de equilibrio, ese término medio que tanto echamos ya de menos?

¿Cuándo terminará el cierre de empresas?

Cuando uno se levanta por la mañana y ve que empresas como FIESTA, un modelo de empresa familiar internacional, cierra sus puertas ante la imposibilidad de seguir adelante con la gestión, se le derrumban todos los esquemas. Precisamente ahora que Rajoy nos había dicho que la crisis ya estaba superada gracias a su excelente (¿quién lo duda?) gestión de estos últimos años. Precisamente ahora... cierra una empresa que es el reflejo de nuestra niñez; bueno, al menos de los que como yo andamos por los cincuenta. Es triste. Sí, muy triste.
La empresa nació en 1946, aunque ya venía de otro proyecto anterior; a fecha de hoy todavía estaba controlada por la familia Mayoral.
¿Alguien recuerda su eslogan de los años 80?

«Si tienes 1.000 pesetas cómprate 1.000 piruletas»

Una empresa con presencia en 25 países y más de 50.000 puntos de venta en España, con las marcas FIESTA, KOJAK o FRESQUITO...
... en liquidación.
Del Blog de Ramón Cerdá

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