jueves, 27 de noviembre de 2014

CORRIDAS DE TOROS EN EL CINE


Corridas de toros en el cine

Si hay algo que no deja de sorprenderme es el hecho de que una misma acción pueda ser sancionable en unos casos y en otros no, siendo las consecuencias las mismas. Por mucho que pueda existir un razonamiento jurídico, para mí resulta inaceptable. Me estoy refiriendo en este caso a las corridas de toros.
No voy a entrar ni en defenderlas ni en exigir su prohibición; mis lectores ya saben que yo no soy partidario de las prohibiciones en general y, aunque no soy gran aficionado a la lidia, tampoco voy a enarbolar ninguna bandera persiguiendo a los defensores de las corridas de toros.

Corridas de toros en el cine

¿Por qué me pongo entonces a elucubrar sobre este tema?
La respuesta es muy sencilla. Hace poco he visto que el Tribunal Superior de Justicia de Madrid ha condenado a la administración regional a que inicie un procedimiento sancionador contra la película Blancanieves, en la cual murieron nueve novillos de raza de lidia durante su rodaje.
Según la Ley 1/1990 de Protección de los Animales Domésticos se considerará infracción muy grave «la filmación de escenas con animales para cine o televisión que conlleven crueldad, maltrato o sufrimiento cuando estos no sean simulados.»
Y la Ley 32/2007 para el cuidado de los animales en sus explotaciones, transporte, experimentación y sacrificio, considera infracción muy grave «utilizar animales en producciones cinematográficas, televisivas, artísticas o publicitarias, incluso con permiso de la autoridad competente, cuando se produzca la muerte de los mismos.»

Corridas de toros en Blancanieves
El colectivo animalista que es quien ha promovido el asunto, asegura que se han filmado imágenes que «supusieron la tortura y muerte de nueve novillos de raza de lidia sin la correspondiente autorización para realizar un espectáculo público de festejo taurino, contando únicamente con permisos para dos lidias a "puerta cerrada"»
Visto todo lo anterior solo me pregunto lo siguiente:
Si las corridas de toros no hubieran sido a puerta cerrada y se hubiese tratado únicamente del correspondiente espectáculo público, y no de la filmación de una película, los toros hubieran sido sacrificados igualmente y del mismo modo... pero no hubiese sido sancionable de haberse tenido los permisos correspondientes. Los toros habrían sufrido lo mismo, habrían sido sacrificados igualmente. La única diferencia es que el espectáculo ha resultado en diferido al tratarse de la filmación de una película. ¿Les habría importado este matiz a los toros? Yo no lo entiendo.
Del Blog de Ramón Cerdá

No hay comentarios:

Publicar un comentario