viernes, 19 de febrero de 2016

DOCE AÑOS DE CARCEL POR UN ERROR JUDICIAL


Doce años en la cárcel por un error judicial

Un holandés ha pasado en nuestro querido país la friolera de doce años en la cárcel por un error judicial. Estas cosas siguen pasando y apenas tienen reflejo en los medios de comunicación; no sé qué es más preocupante, que no cesen de aparecer casos de este tipo, o la poca importancia que nuestra sociedad parece dar a estas cosas, como si haber estado doce años en la cárcel por un error judicial y, además, acusado de violación siendo inocente y en un país extranjero, fuera algo que se pudiera solucionar con una pequeña indemnización y una palmadita en la espalda.

Doce años en la cárcel por un error judicial y se dan cuenta ahora...


Doce años en la cárcel por un error judicial... Y le puede pasar a cualquiera.
Gran parte de la culpa de estas cosas la tiene la propia sociedad. Una sociedad que no duda en condenar a la gente segundos después de haber visto una detención en el telediario; el juicio es lo de menos, ¿para qué juzgarlo si ya lo ha cogido la Policía? Que lo encierren y tiren la llave al mar mientras nosotros seguimos viendo Gran Hermano VIP. El solo hecho de que estas noticias de errores judiciales no salgan en la primera plana de todos los periódicos y apenas se oigan en televisión, hace que me avergüence, no solo del sistema judicial que tenemos (más peligroso que ir en pelotas al Polo Norte), sino de la sociedad en general, que condena a todos por inercia... Por despecho... Por venganza... Por envidia... Y a nadie parece importarle lo que le ocurre a esa persona, acusada falsamente, juzgada sin garantías suficientes (porque a veces basta con la identificación de una pirada —o pirado, que ninguna se me vaya a ofender—), condenado sin posibilidad a réplica... Y luego vemos cómo se manejan las pruebas de ADN, esa especie de «bichitos» que no se ven y que todo el mundo parece creer en ellos cuando un «experto» dice que tal ADN (que no se sabe muy bien de dónde lo han sacado) coincide con aquel otro que es del sospechoso, del pringado que pasaba por allí, o de aquel vecino al que se le tiene manía y alguien acusa, no se sabe muy bien por qué. Y así terminan muchos casos: con gente inocente en la cárcel.
¿Cuándo reflexionaremos sobre esto?
Esta vez ha sido un holandés, concretamente Romano Liberto (manda cojones lo de liberto) Van Der Dussen, que dice: «Me han jodido la vida» y no sale precisamente con cara de felicidad de la cárcel a pesar de que debe de haber sido un gran alivio salir de allí.
Ha abandonado la prisión de Palma después de que el Supremo anulara la pena de seis años de una de las tres supuestas agresiones por las que fue condenado. La excarcelación ha sido posible al admitir a trámite el recurso del condenado, basado en un informe de la Policía Científica que señala como verdadero autor de la violación a un hombre de nacionalidad británica.
Del Blog de Ramón Cerdá

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