miércoles, 25 de mayo de 2016

CUENTAME COMO PASO, LA VENGANZA DE HACIENDA


Cuéntame cómo pasó, la venganza de Hacienda

¿Hay que perseguir el fraude? ¡Por supuesto!, pero en esta ocasión (y en tantas otras) nuestra queridísima y nunca bien ponderada Hacienda se ha extralimitado, no solo en sus funciones y atribuciones, sino en sus comentarios fuera de lugar en relación con el asunto de Cuéntame cómo pasó.

Hacienda, cuéntame cómo pasó. ¿Es cierto eso que dicen?


Cuéntame cómo pasó, forzada a desaparecer. No aprenderemos nunca.
Creo que aquí habría mucho que decir, pero voy a intentar no enrollarme demasiado. Todos hemos oído hablar (ya se han encargado de que la cosa fuera pública y notoria) del supuesto fraude fiscal de Imanol Arias y Ana Duato. Y digo supuesto, sí, porque aquí todo el mundo da por seguro que el fraude existe, y bien, puede que exista, tampoco lo voy a discutir, pero entiendo que se tendrá que demostrar, y no precisamente en los telediarios ni en los programas del corazón. Si lo que se ha descubierto apunta hacia un posible fraude fiscal, me parece muy bien que se investigue el asunto, lo que no me parece bien es que exista una estigmatización de culpabilidad desde el principio y se mezclen churras con merinas. Estos actores, y la productora, y los que trabajan en el proyecto desde hace años, son y serán los mismos, igual de profesionales (o no), hayan cometido un fraude fiscal o no. Una de las cosas que me molesta especialmente es que se pretenda bombardear la carrera profesional de alguien por el hecho de que haya cometido (supuestamente) un fraude. Curiosamente con el fútbol no suele ocurrir lo mismo, no he visto ningún boicot público contra los futbolistas multimillonarios acusados de fraude fiscal. Aquí en España el fútbol es sagrado y eso lo vemos cada día. Pero cuando es otro tipo de profesional, entonces la ciudadanía tiene bula para sacar los cuchillos y acuchillar. Eso sí... Por la espalda, que el que más y el que menos es un cobarde (y envidioso) por muy justiciero que diga ser.
Me parece, no solo vergonzoso, sino motivo de demanda judicial, el hecho de que desde el Ministerio de Hacienda hayan bombardeado a la línea de flotación de la serie Cuéntame cómo pasó, forzando a la cadena a cancelarla porque, dicen, «existe un grave problema ético con los protagonistas», cosa que por lo visto no pasa con los políticos, que el propio Partido Popular tenga no sé cuántos imputados/investigados, eso no supone el menor problema ético para la supervivencia del partido (ojo: lo mismo ocurre con el PSOE y otros), pero que se acuse a dos actores famosos... Eso sí que es un problema ético y la solución es cargarse la serie con todo lo que ello conlleva. ¿Acaso de Cuéntame cómo pasó solo viven Imanol y Ana? Hay mucha gente detrás de esa serie que ahora se verá afectada por las maniobras torticeras (e ilegales. Insisto en lo de ilegales) de Hacienda.
Acabe como acabe la cosa, me parece una inmoralidad por parte de Hacienda, y más, cuando todavía no se ha demostrado nada.
Vergonzoso.
Y eso es lo que hace Hacienda, pero el resto de la humanidad deberíamos de empezar a aprender a separar conceptos. Un artista, un profesional, un... lo que sea. Haya cometido un fraude o no, sigue siendo igual de artista o profesional. Una cosa no quita la otra. Quitémonos ya de una vez el antifaz de vengadores y pongámonos a trabajar.
Del Blog de  Ramón Cerdá

lunes, 16 de mayo de 2016

INSPECCION PARCIAL, UNA DE LAS TRAMPAS DE HACIENDA


Inspección parcial. Una de las trampas de Hacienda

A nadie le gusta tener una inspección de Hacienda (al menos yo no conozco a nadie; aunque nunca se sabe), pero lo cierto es que cuando nos hacen una, a menudo respiramos tranquilos cuando nos dicen que va a ser una inspección parcial de un impuesto. Eso nos hace pensar que, como no se van a meter muy a fondo, será menos probable que encuentren alguna irregularidad. Pero tendríamos que saber que cuando Hacienda nos hace una inspección parcial nos está ofreciendo un caramelo envenenado.

El caramelo envenenado de la inspección parcial

#inspección parcial
La trampa escondida de la inspección parcial. Cuidadín con las malas intenciones de Hacienda
Si aplicamos la lógica, no hará falta que nos expliquen que si Hacienda nos hace una inspección parcial del IVA  para revisar algo concreto (por ejemplo una deducción o unos gastos), más adelante podremos tener otra inspección por el mismo impuesto para revisarnos el resto. Eso no debe de extrañarnos y supongo que todo el mundo lo asume porque entra dentro de lo razonable. Ahora bien, si esto es así y es tan razonable como digo, ¿dónde está el caramelo envenenado?
Pues ni más ni menos que en la desvergüenza de Hacienda, en uno de los grandes abusos encubiertos contra el contribuyente. Por una parte, cada vez es más habitual que Hacienda prefiera la inspección parcial a la inspección general, porque así van a cosas concretas y no se requiere de tanto tiempo ni esfuerzo. Bien, hasta ahí, como digo, ningún problema, pero... la trampa está en que esa inspección parcial de ese impuesto (en el ejemplo el IVA), interrumpe la prescripción. Hagamos un pequeño cálculo:
IVA ejercicio 2011:
2.- Hacienda nos comunica el inicio de una inspección parcial de ese impuesto el 5 de enero de 2016. Como aún no han transcurrido los cuatro años de prescripción, Hacienda se encuentra dentro de plazo.
3.- Hacienda termina la inspección parcial y nos hace (o no) alguna regularización con respecto a lo comprobado.

¿Qué efecto perverso se ha ocasionado al finalizar la inspección parcial?

Pues que la comunicación recibida el 5 de enero de 2016 ha interrumpido la prescripción y se reinicia el cómputo de cuatro años. O sea, que el IVA del 2011 nos lo podrá acabar de comprobar en el 2020. Sencillamente aberrante. Eso sí, lo comprobado ya no puede volver a comprobarse, pero sí el resto del impuesto.
¿Podemos hacer algo para evitarlo?
Sí, aunque siempre hay que pensárselo porque puede ser peor el remedio que la enfermedad. Una vez nos comunica Hacienda el inicio de la inspección parcial, disponemos de quince días para solicitar por escrito que amplíen el efecto de dicha inspección y que sea general. De ese modo, al finalizar, Hacienda está obligada a redactar una liquidación definitiva y ya no podrán volver a inspeccionar dicho impuesto.
Habrá que pensárselo.
Del Blog de Ramón Cerdá

viernes, 6 de mayo de 2016

REVELACION DE DATOS TRIBUTARIOS


Revelación de datos tributarios

Hacienda tiene prohibida la revelación de datos tributarios, pero pese a ello, y en su prepotencia habitual, no duda en saltarse la obligación, como tampoco duda en incumplir todo tipo de leyes y reglamentos en contra de los contribuyentes. Después de todo, el contribuyente se tiene que pagar al abogado y a ellos, se lo pagamos entre todos para que nos machaquen. Y encima no pasa nada cuando pierden, y eso sin hablar de las continuas prevaricaciones cuando siguen con un mismo criterio que los tribunales ya han tumbado. Cambiar la legislación para saltarse las prohibiciones anteriores tampoco es algo de recibo ni nuevo, y eso es más o menos lo que ha ocurrido con la lista de morosos, algo que NUNCA tendría que haberse publicado. Pero siguen y siguen; después de publicarla anuncian que comunicarán a los contribuyentes que van a incluirlos para que puedan regularizar previamente y esas notificaciones las realizan mal a conciencia; de eso también he hablado hace muy poco por aquí.

¿Qué otras cuestiones pueden considerarse revelación de datos tributarios?


Revelación de datos tributarios. Hacienda se merece un buen escarmiento.
En realidad hay más cosas:
1.- Cuando envían masivamente esos requerimientos de embargo a todos los que, de un modo u otro han tenido relación con el deudor. Yo las recibo continuamente y por ellas me entero de lo que otras empresas o personas físicas deben al fisco. ¿Acaso eso no es una revelación de datos tributarios en toda regla? Por supuesto que lo es, pero no importa; lo siguen y lo seguirán haciendo sin ningún rubor.
2.- Cuando hacen comentarios fuera de lugar al inspeccionar a algún famoso para usarlos de escarmiento con los demás. Yo aún me acuerdo del caso de Lola Flores que fue de los primeros en esta línea. Ni yo ni usted tenemos por qué enterarnos de si tal o cual deportista o cantante está siendo inspeccionado, o si ha cometido o no algún fraude, ni de lo que ha declarado o dejado de declarar. Todo eso es revelación de datos tributarios... ¡Y lo hacen en televisión sin que pase nada!
3.- Cuando están «atendiendo» a alguien en la Agencia Tributaria y lo hacen en un tono de voz demasiado alto, de manera que el que está en la mesa de al lado se entera de todo; de lo que ha declarado, de por qué lo sancionan, de que le han embargado la cuenta, de que está cobrando una pensión... Sí, eso me pasa cada vez que voy a Hacienda; siempre vuelvo a casa sabiendo algo más que el día anterior.
4.- Y luego están los casos más descarados, como el ocurrido con Aznar hace poco.Diario Digital publicó en exclusiva el resultado de la comprobación fiscal realizada a Aznar y su sociedad Famaztella SL. Una comprobación de los ejercicios 2009 y 2010 que acabó en conformidad en 2014. Aznar ha hecho lo que tenía que hacer y ha presentado una denuncia por revelación de datos tributarios ante la Fiscalía General del Estado, recordándoles que los datos obrantes en la Agencia Tributaria son confidenciales y no deben ser difundidos, de manera que se han debido producir distintos delitos: Infidelidad en la custodia de documentos; violación de secretos; descubrimiento y revelación de secretos.
»Dice el escrito de denuncia: «[…] los datos publicados han debido ser filtrados o cedidos por aquellos que los conocían y que tenían el deber de mantenerlos en sigilo». «Acreditado el hecho de la filtración y posterior divulgación, tales conductas han de ser investigadas, no solo por la gravedad que supone en este concreto supuesto con el consiguiente daño producido a mi mandante, sino, objetivándola, por la inseguridad jurídica que genera en la sociedad».
Veremos en qué acaba esto, pero desde luego se merecen algo más que un buen tirón de orejas.
Del Blog de Ramón Cerdá